El Círculo de la hostilidad destruye familias

“Pero el rey de Edom le mandó a decir: Ni siquiera intenten cruzar por mis dominios; de lo contrario, saldré con mi ejército y los atacaré” (Números 20:18).

Los edomitas procedían de Esaú, hermano mellizo de Israel, así que ambos pueblos estaban emparentados. Cuando los israelitas atravesaban el desierto, Moisés le “envió emisarios al rey de Edom” solicitándole la autorización para “cruzar por” el “territorio” de los edomitas. Simultáneamente, le prometió que no dañarían las viñas ni bebería “agua de ningún pozo” (Números 20:14-17).

Lamentablemente, “el rey de Edom” les prohibió el paso y los amenazó con atacarlos con su “ejército” (Números 20:14-18). La enemistad entre las naciones de Israel y Edom se inició con Jacob y Esaú, los padres de ambos. El aborrecimiento entre ambos pueblos fue nutriéndose en el transcurso de la historia. Tristemente, en el seno de algunas familias -como Israel y Edom- caen en el círculo vicioso de la hostilidad y de la enemistad. Este círculo lo nutren con ofensas, discordias e insultos. ¿Cómo detener el círculo de la hostilidad? Reconociendo a Jesucristo como el Señor de tu vida, cambiando sus actitudes hostiles y desarrollando un corazón perdonador. Promueve las buenas relaciones en tu familia.


Pregunta de aplicación: ¿Estás participando del círculo vicioso de la enemistad en tu familia? ¿Cómo promueves la armonía en tu familia?

Plan diario de lectura de la Biblia en un año: Lee las siguientes citas:

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