¡Dios no es manipulable!

“En aquella ocasión le supliqué al Señor: Tú, Señor y Dios, has comenzado a mostrarle a tu siervo tu grandeza y tu poder… Déjame pasar y ver la buena tierra… Pero por causa de ustedes el Señor se enojó conmigo y no me escuchó, sino que me dijo: ¡Basta ya! No me hables más de este asunto” (Deuteronomio 3:23-26).

Dios es bueno y misericordioso; pero, no es manipulable. Cuando Moisés recibió la orden de hablarle “a la roca” para que brotara “agua”, desobedeció y “dos veces golpeó la roca con la vara” (Números 20:11). Esta acción fue desaprobada por Dios y, como consecuencia, Dios le impidió ingresar a la tierra prometida. Años después, Moisés, combinando la alabanza con súplica pretendió cambiar la voluntad de Dios y le imploró que le permitiera “pasar y ver la buena tierra”; sin embargo, Dios con firmeza le respondió: “¡Basta ya! No me hables más de este asunto”.

A partir de esta respuesta divina, Moisés evitó manipular a Dios con alabanzas o súplicas. Tú debes orar, interceder, hacer rogativas o súplicas para estrechar tu comunión con Dios; no utilices estas disciplinas espirituales para pretender manipular a Dios. ¡Acepta la soberanía de Dios sobre tu vida!


Pregunta de aplicación: ¿Utilizas la oración para disfrutar de la presencia de Dios? ¿Te sometes con alegría a la voluntad de Dios?

Plan diario de lectura de la Biblia en un año: Lee Dt. 33-34 y Luc. 1:24-56.

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